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Blas Fernández Moral

 

Torredelcampo (Jaén) [1895 o 1896] -- Jaén (Jaén) 23/08/1939

Alcalde de Torredelcampo (Jaén)16/02/1936-Marzo 1939

Fotografía.Fuente: todoslosnombres.org

Agricultor. Miembro de la Sociedad de Agricultores de la UGT desde 1928 y afiliado a la AS de Torredelcampo (Jaén) desde 1931, siendo presidente de la misma y de la Casa del Pueblo. Ese año participó en la fundación de la Sociedad Obrera “La Defensa del Trabajo” de la UGT y fue elegido concejal del ayuntamiento de dicha localidad. Fue alcalde de Torredelcampo y presidente del Frente Popular desde febrero de 1936 hasta marzo de 1939. Finalizada la guerra civil fue detenido el 6 de abril de 1939 y condenado a muerte en consejo de Guerra celebrado el 13 de mayo siguiente, siendo fusilado a los 43 años en Jaén el 23 de agosto de ese mismo

año.

CRONICA DE UN ASESINATO

 

Autor: Juan Armenteros

 

Microbiografía. Enlace http://www.todoslosnombres.org/

ASESINATOS EN EL PUEBLO DURANTE LA GUERRA CIVIL, RECOGIDOS EN LA CAUSA GENERAL

Es fácil constatar la escasa información sobre el devenir histórico de nuestro municipio.  Especialmente interesante resulta el período intenso y  convulso que va  desde la II  República hasta  la implantación del franquismo  pasando  por  la  traumática Guerra  Civil.  En  ese  período  hay  constatados  el  asesinato  de  no  menos  de  50 de ambos lados

 

A la escasa investigación sobre Torredelcampo se une, en el período mencionado, el miedo de los protagonistas  a contar los hechos, las prohibiciones de la ley para consultar  documentos  hasta  pasado  un tiempo, o la simple dejadez administrativa para recopilar y ordenar una información valiosísima,  que  en  mi  caso  estoy  des cubriendo  con  avidez.  En  esta  tarea  de espigar en  la historia de  nuestro  pueblo agradezco  el  tesón  y  las  aportaciones  de Vicente Villar, otro entusiasta del afán por conocer lo ocurrido durante la Guerra Civil y la posguerra en  Torredelcampo.

En una primera visión general me percaté de las imprecisiones que los torrecampeños tenemos sobre lo que ocurrió en los años treinta, a pesar de haber aún testigos directos. Las entrevistas grabadas, muy interesantes, nos dan una visión personal, lo que unido a los olvidos propios de la edad nos hace valorarlas en sus justos términos. Hay  otra  fuente  que  aporta  información imprescindible para conocer la historia: los documentos.  En este  sentido  adelanto  un bosquejo de mis indagaciones en la Causa General y en algunos sumarios de personas de  Torredelcampo que padecieron  juicios sumarísimos,  acabando  algunos  de  ellos fusilados  o  cumpliendo  largas  condenas. El  caso  más  conocido  es  el  del  alcalde, Blas Fernández, cuyo sumario demuestra que se le juzgó sin las mínimas garantías jurídicas y que fue injustamente condenado a muerte.

El golpe de estado militar de 18 de julio de 1936 no triunfó en la provincia de Jaén, por tanto Torredelcampo permaneció fiel a la República hasta que acabó la guerra, en 1939. Durante esos tres años los partidos y  sindicatos  de  izquierdas  controlaron  la vida pública en el pueblo. El desarrollo de los acontecimientos provocó desmanes y represalias llevados a cabo por exaltados. Acabada  la  contienda,  las  autoridades franquistas  investigaron  lo  ocurrido en Torredelcampo.  Esas  indagaciones se plasmaron en Ja Causa General, instruida por  los  nuevos  gobernantes  franquistas que dieron su versión de los hechos y que posteriormente servirían para juzgar dura mente a culpables y no culpables.

La Causa General consta de un primer informe,  fechado  el  10  de  abril de  1939, firmado por el alcalde y  el secretario  del Ayuntamiento de Torredelcampo. En dicho informe se da cuenta de la muerte por armas de fuego de 20  personas,  18  varones y  dos  hembras.  Todos  de  derechas;  siete afiliados  a  Falange  Española,  uno  a  la CEDA,  y  los  doce  restantes  figuran  sólo como de "derechas". Dos de los asesinados eran concejales, uno Juez municipal y otro inspector  de  policía,  de  quien  figura  que además era barbero. Sus profesiones eran: seis estudiantes, cuatro labradores, cuatro propietarios, dos industriales, un empleado del Ayuntamiento, y un barbero.  En las dos mujeres figura como profesión: "su sexo". Las víctimas tenían edades comprendidas entre 11 y 55  años. Por las muertes de estas 20 personas, figuran como sospechosos 30 torrecampeños.  Dos de ellos acusados de tomar parte en cuatro crímenes.

La  mayoría de los crímenes se  cometieron  entre  marzo  y  abril  de  1937.  En estos  dos  meses murieron  13  personas; tres  más  murieron  en  mayo  de  1937,  y dos  figuran  como  muertos  por  armas  de fuego en  septiembre de 1936  en Andújar. El más sangriento  suceso ocurrió el  6  de marzo de 1937 cuando en su domicilio, en el Paseo de la Estación  [casa que después habitó el pintor Manuel Moral, hoy bloque de pisos], murieron siete miembros de una misma familia: los padres de 55  y 52 años, una hija de 23 años y su marido de 26, así como  otros  tres  hijos  más  del  matrimonio, uno de 17  años, y dos gemelos de 11años. Los hechos ocurrieron a las once de la noche cuando entraron en el domicilio "en tumulto, estando la fábrica de aceites abierta por ser franqueada la puerta por los molineros  que allí había".

En  la  Causa  General  también  se  da cuenta  de  diez  cadáveres  recogidos  el 2 de  septiembre  de  1936  en  el  término de  Torredelcampo.  Todos  hombres  y  sin identificar. Siete cadáveres se recogieron en el Cortijo Loza, dos en la carretera cruce Torre  Ayozar  y  uno  en  Riogordillo.  No figuran personas sospechosas de participar en estas muertes,  sólo en uno de ellos,  el de Torre Ayozar, se supone la autoría a un tal Carlillos de Torredonjimeno.    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

          

En otro apartado, la Causa General relaciona "tormentos, torturas, incendios de edificios, saqueos y otros hechos delictivos que por sus  circunstancias,  por la alarma o el terror que produjeron deban considerarse  como  graves  con  exclusión  de  los asesinatos,  que fueron cometidos en  este término municipal durante la dominación roja". Se  especifica  textualmente  que  en julio de 1936 "todos los detenidos y demás personas de derechas han sido maltratados de obra y palabra llevándolos a sacar paja a los cortijos de este pueblo, limpiar retretes,  cuadras  y  arrancar  alhucema  y barrer las calles de esta población". Como responsables  de  estos  hechos  se  cita  a "los  componentes  del  Frente  Popular, autoridades  y  dirigentes  de  organismos sindicales". Asimismo se informa de que fue  incendiada  la  Iglesia  Parroquial  de San Bartolomé de esta localidad por varias veces,  la  Ermita  de  Santa Ana  y  demás centros religiosos, quedando los edificios completamente destruidos". Hay una lista de  15  sospechosos  de  participar  en  estos actos, y se especifica que "el alcalde, Blas Fernández Moral, en el balcón del Ayuntamiento presenciando el incendio".        

Otros  de  los  delitos  que  se  recogen: "fueron  saqueadas  en  su  mayoría  todas las casas de personas de derechas de este pueblo,  llevándose  los  muebles,  ropas, alhajas  y  demás  objetos  que  en  ellas existían,  dejándolas  en el peor  estado de embellecimiento:  muchos de los muebles vendidos por el Frente Popular". Se consideran sospechosos a "los componentes del Frente Popular, autoridades y dirigentes de los organismos sindicales". A los mismos se les acusa de lo ocurrido en julio de 1936.

"fueron asaltadas las casas de campo de las personas de derechas llevándose todos los aperos de labranza, ganado de todas clase y cereales que en ellas existían.( ... ).También fueron asaltadas  e incautadas por  el Frente Popular todas las fábricas de aceite de éste término, sacando todas las existencias  que en las mismas  había ( ... ).A los comercios  pertenecientes  a  las  personas de derechas se les obliga a que sin vale o con  vale  firmado  o  sellado  por  el  Frente Popular  dieran  los  artículos  que  existían en las mismas para los que componían las comisiones, dirigentes marxistas y milicianos, agotando cuanto tenían ( … ) El 14 de octubre de 1936 “ fue incautada la fábrica de harinas enclavada  en la calle Carrera Alta, asaltándola miembros de la CNT y operarios que había en ella, apoderándose de las existencias que habían".

Además  de  culpar  a  todos  "los  componentes  del  Frente  Popular,  autoridades y dirigentes de los organismos sindicales" figuran  como  sospechosos  22  torrecampeños.

Hay un segundo informe que se envía al Juez Instructor de la Causa General en 1942, informe firmado por el representante del Ayuntamiento, Andrés Padilla y  Padilla,  y  el  delegado  local  de  Información  e Investigación de Falange Española y de las JONS,  Bartolomé  Rubio Armenteros. El texto de 4 de marzo de 1942 informa sobre la  situación  social  y  política  del  pueblo de  Torredelcampo,  y  dice  textualmente: "Desde  la  celebración  de  las  elecciones, de  triste  recuerdo,  que  tuvieron  lugar  el 16 de febrero de  1936, hasta que se inició el glorioso movimiento,  el pueblo de  Torredelcampo,  vivió  en  estado  anárquico, nombrándose en convención la Comisión gestora y erigiéndose representantes de la misma, directivos de la Casa del Pueblo, y  demás  cargos locales,  para  detentar  el poder,  los individuos  más  exaltados y  de condiciones  salvajes  más  inquebrantables. Sufrieron los  elementos honrados todas clases de vejámenes, persecuciones, encarcelamientos y despojo de fincas y haciendas, llegando a la deportación ( … ).

Los elementos pertenecientes a la Falange y  cuantos  eran  de  significación  marcadamente derechista,  acogieron  el  mismo [Movimiento  Nacional]  con  júbilo,  pero en razón a que la mayor parte de los mismos no residían en la localidad, debido al terror marxista, no pudieron pronunciarse activamente,  ni  colaborar  con  las  armas nacionales, viéndose obligados a soportar en silencio las contrariedades producidas por los Comités del Frente Popular que en cuantas  resoluciones  adoptaban  se  dibujaba la teoría comunista y  destructora, el pillaje y  desvalijo,  sin olvidar el  crimen, la inmoralidad y el incendio''.

En la lista de nombres de "las personas que  por  su  posición  política-social,  económica  o  cargos  desempeñados,  pueden considerarse  inductores  o  al  menos  consentidores de la política roja desarrollada" figuran:  "alcaldes,  concejales,  miembros del  Socorro  Rojo,  dirigentes  de  la  Casa del  Pueblo  y  comités  marxistas  varios''. Aparecen  44 personas,  de  ellas 3  figuran como  "ejecutados",  uno  el  alcalde,  Blas Fernández  Moral;  nueve  detenidos;  seis "extinguiendo  condena  actualmente  en diferentes campos";  y un desaparecido.

Estos  informes  de  las  autoridades locales de la época  fueron determinantes para la posterior represión de cuantos tuvieran algo que ver con los movimientos de  izquierdas.  En  muchos  casos  fue  la excusa de los franquistas para descabezar y erradicar cualquier indicio de ideología izquierdista. Los juicios sumarísimos con condenas a muerte y  penas de  cárcel  son la segunda parte de un mismo capítulo que no quedará inédito.

Fuente : Camino Viejo

Juan Armenteros

 

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