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Gabriel Arroyo Sevilla

Médico

 

 

 

 

 

 

Gabriel Arroyo Sevilla, médico. Nació en Torredelcampo (Jaén) en 1892 y murió en Jaén en 1955 a los 63 años de edad.Fue el primer médico especializado en radiología que hubo en Jaén. Su entrega al trabajo y la investigación fue muy generosa.


Familia


Su padre era el médico de Torredelcampo y se llamaba Eduardo Arroyo Ruiz, y su madre se llamaba Vicenta Sevilla. Tiene un hermano, pionero de la cardiología que también ha sido médico ilustre:  Eduardo Arroyo Sevilla.


Formación


Cursó estudios de Bachillerato becado en el Colegio del Sacramonte, en Granada. Luego estudió para médico en la Facultad de Medicina de Granada.


Electricidad


Sintió vocación por se ingeniero ya que era un apasionado por la electricidad desde muy joven, pero finalmente influido por el entorno familiar se hizo médico.Pero eso no fue obstáculo para que su vocación hacia la electricidad le hiciese aprender la nueva especialidad de Electro-Radiología, en la que se entroncaban sus ilusiones.Trabajó en Madrid junto a los hermanos Ratera, iniciándose en la incipiente Radiología y en la ya floreciente Electrología médica.
Trayectoria como médico
Trasladó su residencia a Jaén, donde además de ejercer la Medicina General en el ámbito privado, ingresó en el Cuerpo Médico de la Beneficencia Provincial y en el Hospital de San Juan de Dios, en donde al poco tiempo se ponía en marcha la primera instalación radiológica de esta provincia.Al principio ningún colega solicitaba una exploración radiológica para sus pacientes. Poco a poco los médicos comprendieron la necesidad de ese medio de exploración y de terapéutica y empezó a tratar pacientes con diferentes enfermedades.
Rayos X


A partir de la década de 1920 los Rayos X fueron ya un medio seguro y eficaz de diagnóstico. Pero no exento de riesgos, tanto para pacientes, como para los profesionales manipuladores. No fueron raras las radiodermitis agudas producidas en pacientes explorados por médicos no especializados, desconocedores de las radiaciones que manejaban.


Relevancia


Al doctor Gabriel Arroyo Sevilla, se le considera como el auténtico pionero de la especialidad de Radioelectrología en la provincia de Jaén y uno de los primeros especialistas en Andalucía.Llegó a perder tres dedos de sus manos a consecuencia de las lesiones en la piel por radiaciones ionizantes.Aparte del aspecto de la Electrología y del Radiodiagnóstico en su especialidad, el doctor Gabriel Arroyo Sevilla fue asimismo pionero en la provincia de Jaén del aspecto terapéutico de las radiaciones ionizantes en la provincia.Cuando en 1930 fue dotado el Hospital Provincial de Jaén de una instalación de radioterapia profunda, se inició la moderna terapéutica antitumoral en la provincia de Jaén.Viajó por España y el extranjero y llegó a ser uno de los facultativos más destacados de su especialidad.
Accidentes


Como tantos otros pioneros de la Radiología, ofreció también su salud en tributo de la misma. Graves lesiones radiodermíticas crónicas en sus manos obligaron a amputarle tres dedos; y no fue debido a ignorancia ni a descuido en la protección sino que durante los tres años de la Guerra Civil se carecía en absoluto de película radiográfica, haciéndolo en los dos últimos años sin los guantes y delantales de goma plomada, que se agrietaban al poco tiempo de su uso y de los que no podía haber repuesto.


Reconocimientos honoríficos

  • El 4 de marzo de 1943 se le concede a Don Gabril Arroyo Sevilla la Medalla al Sufrimiento en el Trabajo, de plata, de segunda clase.

  • Hijo Predilecto de Torredelcampo

  • A título póstumo la Diputación de Jaén le concedió la Medalla de Plata de la Provincia.

 

Panorama 15-02-1928

Es una revista ilustrada con estudios e impresiones de hombres y cosas de los pueblos ibero-americanos. Comienza a publicarse el 28 de abril de 1923 y, en un formato apaisado y compuesta a dos columnas, contiene principalmente semblanzas de personajes de actualidad (políticos, diputados, alcaldes, militares, nobles, diplomáticos, jerarcas católicos, hombres de negocios, industriales, etc.), una especie de quién es quién, tanto en España como en otros países iberoamericanos, además de breves artículos divulgativos o impresiones de variada temática. Inserta, asimismo, fotograbados de personalidades, de edificios singulares y vistas de ciudades.

 

Las primeras semblanzas biográficas que publica son las de los Reyes de España y la familia real, y le siguen otras bajo epígrafes como “Figuras del presente”, “Los propulsores de la vida económica en España y América”, “Los hombres de ciencia”, “Títulos nobiliarios” o “Perfiles femeninos”, entre otros. Su editor y redactor indica que se trata del “desfile de esclarecidos representantes de las virtudes que adornan a nuestra raza y de asuntos que afectan a la misma”, como “una clara visión de lo que es en nuestros días la vida y la obra de los más valiosos hombres que actúan en España, Portugal y América”, cuyas semblanzas son escritas desde un punto de vista elogioso.

 

HOMBRES DE CIENCIA

Sabio proceder de los médicos de alta talla es cultivar determinada especialidad, pues ello les ofrece extenso campo para concretar sus estudios, favoreciéndose de ese modo la humanidad doliente al mismo tiempo que los interesados alcanzan prestigio y provecho.

Y hacemos la anterior observación en presencia del notable médico jienense cuyo nombre va al frente de estas líneas, pues se trata en efecto de uno de esos casos en que el varón de ciencia ha aplicado todos sus talentos a la investigación de una dolencia determinada, triunfando en sus estudios y consiguiendo los mayores éxitos.

El doctor don Gabriel Arroyo Sevilla, que es a quien nos referimos, aparece en la ciudad de Jaén con una autoridad indiscutible en materia de enfermedades nerviosas, siendo elevadísima su reputación como médico electro-radiólogo, lo que acusa el singular relieve de su capacidad profesional.

Se ha entregado por entero el doctor Arroyo a tan complejos estudios, y su claro entendimiento, su perseverancia y su ardiente vocación le han hecho colocarse en primera línea entre los grandes especialistas de tan difícil ramo, figurando actualmente en dicha ciudad como médico del Hospital provincial y del de la Cruz Roja. Tiene su consulta el doctor Arroyo en la calle Montero Moya, 11.

Enaltece dicho señor a la clase médica de Jaén, y en cuanto a lo que de su personalidad pregona la fama, bastaría recoger el juicio que le otorga la opinión pública al aplaudirle de continuo y al presentarle como una indiscutible figura de la intelectualidad en aquella zona.

ORDEN de 4 de marzo de 1943 por la que se concede a don Gabriel Arroyo Sevilla la Medalla al Sufrimiento en el Trabajo, de plata, de segunda clase.

Ilmo.  Sr:  Vista la comunicación elevada por el Excmo.  Sr.  Gobernador   civil de la provincia de Jaén, en que solicita la concesión de la Medalla al Sufrimiento en el Trabajo a favor de don Gabriel Arroyo Sevilla;

Resultando que don Gabriel Arroyo Sevilla, Médico radiólogo al servicio de la Diputación  Provincial de Jaén desde el año 1922, en la actualidad Jefe de sus servicios de Radiología y  Cancerología, viene actuando de manera constante  y  ejemplar  en  la  práctica  de  su  profesión,  altamente laborable, en cuyo ejercicio ha contraído una radiodermitis crónica  en ambas  manos,  con múltiples hiperqueratosis tratadas repetidas veces con electro-coagulación,  habiéndose desarrollado  sobre  ellas  un  «cáncer Roentgen»  que  en  1939  y  16  de  enero  de  1943  ha  motivado  la  amputación, respectivamente,  de  los  dedos  índice y  medio  de  la  mano  izquierda;

Resultando que de los datos suministrados se evidencia la afección del interesado a los postulados del Glorioso Alzamiento Nacional, hasta el punto de que las mutilaciones sufridas por el Sr.  Arroyo se consideran derivadas, en gran parte, de su abnegado espíritu de sacrificio durante la Cruzada, en la cual, con verdadera exposición, realizó unas 27.000 radioscopias sin tener a su alcance los necesarios medios de protección, consiguiendo librar del servicio en filas a innumerables personas afectas a la causa Nacional.

Considerando que al encajar los hechos relatados en los apartados g), i) y j) del artículo noveno del Reglamento por que se rige la Medalla del Trabajo, procede concedérsela como recompensa al espíritu ejemplar de la labor realizada por dicho señor en la clase de «Sufrimiento en el Trabajo»;

Vistos el Decreto de 14 de marzo de 1942/ y la Orden de 25 de abril siguiente,

Este Ministerio ha resuelto conceder a don Gabriel Arroyo Sevilla la Medalla al Sufrimiento en el Trabajo, de plata, de segunda clase, con todos los derechos que reconocen las disposiciones vigentes a quienes ostentan dicha condecoración.

Lo que comunico a V.I. para su conocimiento y efectos.

Dios guarde a V.I. muchos años. Madrid, 4 de marzo de 1943.

 

GIRON DE VELASCO

Ilmo.  Sr.  Subsecretario de este   Ministerio.

DECRETO  de  14  de  marzo  de  1942  por  el  que  se  restablece  y  reorganiza  la  concesión  de  Medalla  al  mérito y   sufrimiento  en  el  trabajo.

En el Decreto de 14 de marzo de 1942 se crea la Condecoración Nacional denominada Medalla del Trabajo, así como se establecen las diferentes clases, la Medalla al mérito en el Trabajo  y al sufrimiento en el trabajo, y las diferentes categorías: Medalla de Oro, de Plata, subdividida en dos clases, y de Bronce.

 

La  «Medalla  al  mérito  en  el  trabajo»  podrá,  otorgarse  a  título  de  premio  individual o como  recompensa  colectiva, para enaltecer  los  actos  y servicios  laborales  prestados  individual  o  colectivamente.

 

La  «Medalla  al  sufrimiento  en  el  trabajo»  se  concederá  solamente  a  título  de  premio  individual  a  los  productores  que  en  la  práctica  de  sus, profesiones  u  oficios sufran  accidentes  o  mutilaciones  o  contraigan  enfermedades  graves  que  no  sean  atribuibles  a  impericia  manifiesta,  imprudencia  temeraria  o  causas  ajenas  a  la  específica  función  del  trabajo.

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