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Secuestro del Teniente Alcalde de Espejo D.Miguel de Comas y del Alcalde de Torre del Campo D. Bartolomé del Moral.

El Español (Madrid. 1835). 11-6-1846, n.º 596

 

 

PUENTE GENIL 3 de junio,

 

LADRONES EN LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.

 

Habiendo visto en la Gaceta 29 desmentida la noticia que dieron en su apreciable periódico sobre la existencia, de malhechores en esta provincia, me apresuro a poner en conocimiento de Vds. lo que hay de cierto en el asunto.

 

"En todos los reinos, dice Feijóo, se estampan las gacetas con el privilegio, no digo de mentir, sino dé colorear los sucesos por la parte donde son favorables, en cuyas pinturas frecuentemente se imita el artificio de Apeles en la del rey Antigono, cuya imagen ladeó de modo que ocultase que era tuerto”. Tal escribía el ilustrado benedictino en época en que los gacetarios del reino español serían parecidos a los de otros reinos; empero si viviera hoy y leyera por capricho la Gaceta llamada de Madrid, es bien seguro la exceptuaría de todas las demás.

 

En la del número 4,275 del 29 de mayo, se lee un artículo, con el carácter de remitido, desmintiendo inventivamente la verdadera noticia que en el número 580 de su apreciable periódico dieron Vds, sobre el estado de inseguridad que afligía a esta provincia con motivó de hallarse infestada de malhechores, y sustentando el contrario una seguridad tan completa que nada nos quedaba que desear en esta parte, sí como es falsa, fuera verdadera semejante aserción. Mas por desgracia, el estado de los habitantes de la provincia de Córdoba es (cual ya lo tienen de costumbre) el de tener a sus respectivos pueblos por cárcel, sin poder acercarse a presenciar las operaciones que requieren sus fincas rurales, siquiera puedan llamarse estas suburbanas por su inmediación a las poblaciones, pues hasta los muros de ellas se presenta impunemente la partida de ladrones que divaga por toda la dicha provincia y arrebatan al indefenso labrador o al hacendado, que las imprescindibles atenciones del campo. Llaman a él a toda costa. Víctima de ellas es un honrado labrador y padre de familia, don Miguel Comas, vecino de la villa de Espejo   a quien en la noche del 27 de mayo arrancaron de sus casas cortijo los caribes, y esta es la hora que todavía se ignora su paradero, aunque no la noticia de su cautividad, por cuyo rescate piden la enorme suma de 40,000 rs. Esta es, pues, la seguridad que enfáticamente ostenta el remitido de la Gaceta. Bien merecían los que se atreven a hacer tales aseveraciones hallarse ocupando el lugar que el desgraciado Comas ocupa hoy, y este gozando de la tranquilidad con que aquellos escriban tamañas noticias: Así aprenderían en la desgracia, y en vez de desperdiciar el tiempo en prodigar elogios, clamarían porque se nos librase cuanto antes de esta plaga asoladora.

 

 

El Español (Madrid. 1835). 13-6-1846, n.º 597

 

Jaén 9 de junio. Aprehensión de cuatro ladrones-Rescate del Señor Comas

 

Algunos de los facinerosos que tanto han dado que hacer en la provincia de Córdoba, paseándose con cierta impunidad, sin que fuese posible darles alcance, trataron de probar fortuna en la de Jaén , y s su paso por la villa de Espejo aprehendieron á el alcalde don Miguel Comas, llevándolo consigo, hasta que hubiese entregado 40,000 reales que por su rescate le exigían, amenazado de muerte si no se verificaba. Escribió el desgraciado a su familia reclamando tan exorbitante suma ; y como no pudieron permanecer en el sitio designado para la entrega, esta se dilató, y la vida del prisionero se veía a cada momento comprometida.        

 

En tan angustiosas circunstancias se vio precisado á escribir otra de que acompaña una copia fiel. Con arreglo á las instrucciones que en elia se daban, los ladrones se dirigieron á esta provincia y estacionaron en el cortijo llamado Fuentiñigo, término de Torrecampo. Apenas se tuvo noticia de su aparición, fueron adoptadas medidas para cerrarlos en el cortijo y efectivamente ya lo estaban en la madrugada de este día por cinco hombres da la guardia civil y algunas otras fuerzas insignificantes del ejército que no eran suficientes para impedir la fuga de los malhechores.

 

Inmediatamente se dio parte a las autoridades de la capital, y puestas de acuerdo la política con la militar se determinaron a marchar en persona, a pesar del calor terrible que sé nota, llevando algunos pocos soldados de caballería, que no están montados, en yeguas, y una corta fuerza de infantería perteneciente al arma de carabineros de hacienda.

 

Los ladrones permanecían en el cortijo defendiéndose con tesón desde las cuatro de la mañana, y todavía continuaba su tenaz resistencia; cuando llega­ ron las autoridades, que tuvieron la satisfacción de ver que varios vecinos de Torre-Campo y Torregimeno habían acudido voluntariamente a dar auxilio a la tropa que circunvalaba á los forajidos. Estos fueron intimados de rendición, mas no trataron más que de probar a salvarse por medio de la fuga, queriendo obligar al alcalde de Espejo a que saliese delante de ellos, para que recibiese el primer ataque. Se negó decididamente y no persistieron al notar que su plan pudiera entorpecerse.

 

Montan a caballo: salen de pronto; dos quedan en el sitio, a la descarga que se les hiciera; y los otros dos, también heridos, fueron alcanzados por la caballería que los dejó tendidos a cuchilladas. Los cadáveres han sido conducidos a esta ciudad para identificar sus personas y darles sepultura. Esta jornada ha sido gloriosa para el jefe político D. Francisco Gálvez, y comandante general don Francisco Muñoz Andrade, porque han libertado a la provincia de la plaga que no se extingue en la vecina de Córdoba. El alcalde de Espejo ha recobrado su libertad qué tenía perdida con riesgo de ser inmolado después de haber sido destruida la fortuna de un honrado padre de familia: también se ha eximido del pago de los 40.000 reales y ha recobrado dos caballos que los ladrones le habían quitado al tiempo de su aprehensión. Los muertos según las noticias que be podido adquirir, son N. Lucena, natural de Espejo, que es el jefe de la Cuadrilla, y se había fugado de la cárcel de Córdoba, según he visto en las comunicaciones de El Español; un tal Choclan , natural de Andújar ,' hermano de otro célebre facineroso que después de dar mucho que hacer, murió también despedazado por la tropa; un tal Sánchez, natural de Jerez de la Frontera, desertor de presidio; y otro de quien no he podido adquirir ningunas nociones, más que ser también desertor de confinamiento. La carta siguiente fue hallada en el bolsillo de uno de los malhechores.

 

Junio 8 de 1846. Querida Trinidad escribí a Pepita para que mandase el dinero que lo esperaba desde Luque, el camino alante hasta la Rábita y el canino de Martos; han estado con cuidado y no han parecido; por manera, que puedes figurarte que estamos todos desesperados; podrá ser que lo hayan traído, pero hasta ahora nada han visto, y para no equivocarse y haya más entorpecimiento, donde lo traerán ha de ser a Martos: derechos desde Martos saldrán la mañana temprano hasta Arjona, pasando por TorreGimeno, para que no se equivoque el camino, y si no saliesen se volverán a dormir otra vez a Martos, a el otro día la misma operación, a el otro lo mismo; por manera, que por tres días se ha hacer que vengan dos, uno con burra cana y otro con una mula, una jaula de perdices colgada, todo con el sigilo más grande que se pueda para evitar que mi vida peligre. Cuidado con no manifestárselo a nadie, que no se adelanten….. de lo contrario no nos volveremos a ver más. Si hubiesen salido con los dineros, pueden mandar a otro hombre ágil y que los dirija a donde se espera en esta, que no haya falta en la cantidad pedida, pues de lo contrario, repito lo dicho, cuidado que se debe apreciar mi vida.

 

Nada tengo que decir más; cuidado con todo, que estés a la mira, la niña que no se desazone, y Antonia que pida a Dios por mí. En el cajón hay una apuntación del trigo que tenían los Moras, que dicen me remitieron, aunque no se midió: otra hay donde consta lo entregado, aumentando 25 fanegas del pensador y hasta 31 que ha tomado el aperador y dejo en mi poder dos para vendérsela, lo demás está en la calle Nueva. Espresiones a todos, un abrazo a mis niños y familia, deseando te conserves bueno como lo anhela tu hermano,

 

                                                           Miguel de Comas

 

                                                                   Sobre. A D. Trinidad  de Comas, en Espejo

 

El Clamor público. 13-6-1846

 

MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN DE LA PENÍNSULA;


El jefe político de Jaén, con fecha 9 del actual desde aquella ciudad, participa que habiendo sabido que de la parte de Sierra Morena habían bajado cuatro hombres á caballo y bien armados, al parecer sospechosos, y que les acompañaba un hombre de regular porte, los que se ocultaron en el cortijo de Fontiñigo, término de Torre del Campo, adoptó inmediatamente, de acuerdo con el comandante general, las convenientes disposiciones para sorprenderlos. Destinados a este objeto cinco infantes de la guardia civil, seis de caballería de id., y cuatro del regimiento de Numancia, salieron inmediatamente, y apenas se presentaron a cercar aquel cortijo, principiaron a hacer fuego de dentro los individuos sospechosos, y tan sostenido, que creyendo el que mandaba esta fuerza que la obstinación de los malhechores, si resistían todo el día, podría proporcionarles la fuga favorecidos por la oscuridad de la noche, reclamó más fuerza para precaver lograsen su objeto. El jefe político y el comandante general acudieron personalmente con más fuerza de infantería y caballería. A su llegada encontraron que cuatro malhechores habían salido del cortijo por la piquera del pajar opuesta á la puerta principal, que ensancharon para caber con los caballos, y que en la resistencia que y los otros dos acuchillados por la caballería, habiendo causado la desgracia de la herida que recibió en la frente el sargento de caballería de la guardia civil, Diego López.


Reconocido el cortijo se encontró á don Miguel de Comas, teniente de alcalde de Espejo en la provincia de Córdoba, á quien tenía de rehenes ínterin entregaba 40,000 rs. Que exigían por su rescate; y al regidor del ayuntamiento de Torre del Campo, don Bartolomé del Moral. Según manifestación del teniente de alcalde de Espejo, los cuatro malhechores que quedaron muertos en su fuga del cortijo de Fontiñigo se llamaban Francisco Lucena, natural de Espejo, que los capitaneaba, Felipe Choclán, vecino de Córdoba, Cristóbal Moral y Manuel Sánchez, de Jerez de la Frontera, desertores de presidio, á que estaban destinados por muertes y robos. El jefe político recomienda el comportamiento de la guardia civil, individuos de tropa, carabineros hicieron habían caído dos muertos al fuego de la infantería de la guardia civil individuos de tropa, carabineros y agentes de seguridad que le acompañaron y contribuyeron á este importante servicio, de suma consideración para la tranquilidad y seguridad individual de aquella provincia y la de Córdoba.

La Esperanza (Madrid. 1844). 12-6-1846

El Español  diario de las doctrinas y de los intereses sociales Epoca 2.ª Número 597 - 1846 junio 13

El Eco del comercio. 13-6-1846, n.º 1.167

El Católico (Madrid). 12-6-1846

 

 

 

 

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